AUTOESTIMA - Parte I (leer ayuda a pensar)

AUTOESTIMA – Parte I   (leer ayuda a pensar)

Mario H Romano, Doctor en Psicología

“Te/me quiero mucho, poquito, nada…”  frase popular

Tema simple y complejo. En su sentido natural es qué siento y pienso de mí, a diferencia qué sienten y piensan los demás. No obstante asimilar de modo consciente e inconsciente deseos, mensajes, actitudes y haberlos hecho nuestros. Es una vivencia y percepción íntima. No es lineal y estable sino que fluctúa en diferentes momentos de la vida. Construye sus cimientos en la infancia, atraviesa edades, historia personal,  experiencias, contexto sociocultural, valores, proyectos cultivados, deseos, realizaciones, logros y también conciencia de límites. Asumir el desapego en grado suficiente -ni falta ni exceso-  permite este sentido de libertad interior para no quedar adherida/o  a lo que otros sienten y/o piensan. Rescatar qué siento y pienso de mí.  Aprender a conocer/me, aceptar/me y querer/me. En este sentido el autoengaño “creérsela”, o “estar por encima de”, o que  “se las sabe todas” traduce  un disfraz engañoso de quien oculta su “baja” o “frágil” autoestima. Es cuando las apariencias engañan más de lo que suponemos. Aquí tratamos la autoestima natural  y no distorsiones que disfrazan su sentido como es el caso de personas centradas en sí mismas e indiferentes a las necesidades ajenas. No admiten sus errores y límites, descalifican a otros y ocultan su vacío y fragilidad interior. Será tema de otro artículo. Continuando, autoestima tiene un sentido dinámico (no estático), cambiante (no igual), modificable acorde a situaciones, circunstancias y momentos. Termómetro fluctuante fortalecida por logros o desvanecida por equívocos que la impactan. José Luis se siente más seguro al iniciar una actividad laboral para subsistir en la cuarentena. Recibe una crítica punzante de su mejor cliente y decae anímicamente. No obstante su autoestima es reparable o restituible. Pide disculpas, propone resarcir el daño y aunque el comprador no lo vuelve a contratar se siente mejor consigo mismo por flexibilizarse y crear soluciones. Es decir, autoestima traduce lo que somos capaces de asumir desde nosotros mismos. Más en unos aspectos y menos en otros. Mara valora su capacidad de enseñar, pero “la supera” organizar actos escolares, donde no se siente bien. Buena o moderada auto-estima, se construye con aciertos y errores en re-conocer capacidades, logros, y límites. Permite abrirse a los demás y compartir, consciente de sus valores y carencias. Estimarse a sí misma/o facilita el aprendizaje de los cambios que puede transitar. Y aunque fluctúe entre equívocos propios y críticas adversas, es capaz de resiliencia, de volver a componer, corregir, enmendar. Es cultivar una “franja de vida” (1) valorando sus capacidades sin excesos y aceptar sus  límites sin remordimientos (continúa). (1)https://psicologiamariohuro.blogspot.com  Artículo “Franja de Vida”,  22 de abril

 

 


Comentarios